31/5/09

Diario de un adicto

Lunes. 3 AM
Acabo de violar mis venas y puedo contemplar claramente como penetra en mi cuerpo, como activa lo que esta dormido, como se desliza por la piel helada y busca desesperadamente un refugio en las ruinas de mi cuerpo. Supongo que para ELLA no existe una clara división de días, horas, minutos. Supongo que para ella todo se resume en un tiempo sin tiempo. Trato de dormir, pero no puedo. No puedo, mientras se haya instalado en el hueco de la cama, mientras usurpe el dominio de las sabanas.

Martes 18 PM
Me despierto y siento que otra vez no he dormido. Desde hace años que no duermo, que atravieso la noche hambriento. Desde hace años que tampoco me alimento bien y que no logro razonar como es debido. ¿Pero para que razonar? La soledad es una buena compañía. Un tanto más reconfortante, que la todas esas putas que fingen sentir una mínima dosis de amor por mí.
¡Dios! Si el asesinato estuviera permitido, habría acaba con cada una de sus miserables vidas desde hace tiempo. Necesito una dosis más. Tengo este espeluznante presentimiento de que él frió esta por volver. Nada peor que el frío, para un manojo de nervios como el mío.

Martes 11 PM
Voy a buscarla. Suele frecuentar los tugurios. Esos extraños universos, habitados por maleantes, yanquis decrépitos, dealers sin escrúpulos y delincuentes de tan poca monta, que no merecen la pena que los mencione. No la encuentro. Me desespero. Tanto como puede desesperarme su falta. La busco en otros sitios, quizás hoy haya decidido mudarse, cambiar de ambiente, infectar algunos nuevos aires. Por fin logro dar con Ella. Creo que enloqueceré el día en que deje de verla. Creo que no simplemente no soporto la idea de que no un día decida dejarme e irse con alguien en mejor estado. No siempre he sido esto que ven. No siempre he tenido la carne putrefacta,, ni él las venas descuartizadas. No. He vivido mejores tiempo. He estado limpio por temporadas y hasta llevado una existencia normal, en la que se pueden incluir un trabajo estable, una novia y un hogar lejos de ser esta pocilga en donde descanso mis huesos. He tenido algunos planes, que rápidamente se desvanecieron y me convirtieron en este objeto desdibujado.

Miércoles 4 AM
Estoy entumecido. Me doy cuenta de que ninguno de mis órganos responde como es debido, a las ordenes que viajan desde mi cerebro. No. No estoy muerto. Quisiera estarlo. Pero la muerte es un extraño lujo que no puedo darme. Intento ponerme de pie y no lo consigo, por lo que opto a esperar que la luz del sol me arranque del suelo. Cierro los ojos e intento dormir un poco.

Jueves 9 AM
Abro los ojos. Pesan tanto, que mis párpados están a punto de romperse. Miro la hora y deduzco que es demasiado temprano. Frente a todo pronostico, consigo ponerme de pie y prepararme una horrenda taza de café. Él liquido sucio recorre mi lengua adormecida, hasta depositarse en los restos de lo que alguna vez fue un estomago. Lo primero que pierdes es tu estomago, luego tus pertenecencias, tu rutina, tus amigos, tus enemigos y a ti mismo. Debo advertirles que una vez que la conoces, pasa a ser el centro de tu propio mundo. Todo lo que hagas o dejes de hacer, dependera única y exclusivamente de Ella. Es una agradable, pero peligrosa esclavitud. Me siento sucio. Debería tomar un baño. Solo basta con ver el estado de mis poros, para darse cuenta que es preciso que me cuanto antes bañe.

Viernes 5 AM
¡ Se acabo! Voy a dejarla y esta vez va en serio. Puedo vivir sin Ella. Si logro sobrevivir cuatro días sin verla, estoy curado. Si me encierro y evito que golpee la condenada puerta, estoy salvado. Trato de darme animo, aunque no pido ayuda. Nunca fui un amante de la misericordia humana. Nada más miserable. Viernes 7 AM Bueno, mejor que el lunes. Dicen que los lunes son ideales para iniciar los cambios. Además, no creo que un pinchazo mas altere, el curso de mi decisión. Esta tomada y no hay nada que eme haga dar marcha atrás. El lunes. Ahora debo ir por más. La cuchara esta vacía y necesita reponerse. Es demasiado temprano, por lo que opto por dormir una siesta. Todo se ve mas claro con un par de horas de sueño encima.

Sábado 11 AM
Resaca de sábado por la mañana. A pesar de que la noche anterior se presento un tanto tranquila. Decido vomitar los restos de sustancias ingeridas en el retrete. Ahora observo como estos viajan hacia una dimensión, en la que todas las sustancias inútiles del ser humano desembocan. Confieso que yo también me siento como una sustancia inútil y que me grada la idea de sumergirme en las profundidades de la mierda. Un débil brillo de sol escuálido me acaricia las arrugas pronunciadas del rostro. Estoy mas viejo de lo que debería, pero no me importa. La edad es un concepto al que siempre no le he prestado demasiada atención. Opto por dormir una siesta y esperar a ver que me depara la noche.

Sábado 11 PM

¿A donde han ido todos?. La calle esta más vacía que de costumbre, ni siquiera las habituales putas del barrio decoran la esquina. Mi reloj biológico, me anuncia que es preciso una dosis cuanto antes. Un ligero temblor en el extremo de los dedos lo confirma.
La busco, pero no hay el menor rastro de ella ni de los que suelen acompañarla. Me asalta una ligera parálisis en las piernas, por lo que decido entrar en un bar. La barra esta tan sucia como los personajes que frecuentan al sitio. Al verlos, chapoteando en sus miserias, una fuerte sensación de asco a la raza humana se apodera de mí. Salgo corriendo, sin siquiera terminar mi trago.




28/5/09


El cielo se tiñe de rojo risa de payaso. El borde blanco lo mira y después lo acompaña. No sabe si reír o llegar a tocar el cielo con las manos, el cielo con las manos. Creo haber visto esa expresión en alguna película, algún libro, algo. El cielo con las manos es una de las frases más repetidas de las historias de los nadie que llegaron a ser alguien porque engordaron sus billeteras. Y pensar que Platero y yo vivíamos de la pesca, las moscas y las yerbas. Pensar que Ulises cruzó los océanos sin nada (¿acaso es nadie?). Pensar que Romeo y Julieta no hubiesen muerto si contaban con mensajes de texto, pero no, nada de eso. Romanticismo, más romanticismo. Tocar el cielo con las manos, esa frase que tantas veces titularon los diarios con Manu Ginóbili, o en el 86 con Diego Armando. Tocar el cielo con las manos, eso que hice yo cuando te conocí, eso que alcanzo escuchando a la que canta el tango como ninguna, eso que hago todos los días cuando miro el cielo que se tiñe de rojo risa de payaso y río. Humor y más humor, romanticismo controlado. Tocar el cielo y moverlo con una carcajada. Carcajada violenta y pegadiza. Como si el cielo fuera el culpable de las penas, como si el cielo nos mirara infantilmente en una película de acción. Y no pienso en eso. Si el cielo era azul don’t turn blue, ahora es rojo risa payaso, y eso me gusta. Lo miro. Me mira. Y empiezo a sospechar que el cielo tiene ojos nublados. Pienso en Romeo, pienso en Julieta. Pienso en su muerte y me río. No sé si a carcajadas, quizá sonrisa pequeña, pero risa al fin. Los imagino llorando, jurándose amor eterno, y lo distinta que hubiese sido la tragedia con un celular en cada mano. Qué pena. Qué desafortunado es el destino. Su cielo fue azul, el mío rojo. Y mientras pienso en ellos, miro el cielo rojo risa de payaso, imagino a Shakespeare mordiéndose los labios de bronca, pero en minutos empieza a reírse como un niño ingenuo, ese que nadie puede ocultar detrás de la poesía. Le pide una hoja a Dios, y comienza su ensayo. “El celular hubiese evitado cualquier tragedia”. Es cierto, tal vez lo sea. Mejor dejémoslo así. El romanticismo con el romanticismo. La muerte con el amor. La tragedia con la valentía. El amor con la entrega. El celular con la estupidez humana.


16/5/09





P A R A M O R E