Y no les miento si les digo que en dos segundos me transporte a un pleno estado de nirvana, bajo un hechizo largo y profundo, dulce y hermoso, exquisito y peligroso.

Rompimos los esquemas, desequilibramos los sentidos para transformar un momento en algo extraordinariamente mágico y aunque nos mordimos para aguantar pudimos quebrar esa línea que divide locura y realidad.

Ya no me importa si todo cambió, me voy a dedicar una y otra vez a enfrentar el desafío carpe diem.

Pero esto mas que un recuerdo lo convertiré en un tesoro y te puedo asegurar que es el más valioso de todos aquellos que puedan existir al final de cada arco iris. Gracias